Pues aunque les parezca increíble, estoy en el hospital. Todo fue porque el otro día me dio así como un sofisticado mareo, un desvanecimiento propio de la más rancia nobleza europea, y terminé en el suelo. Tranquilos, por suerte caí de boca y mis morros amortiguaron el impacto contra el suelo.
Milton
Pues viendo ayer la coronación de Carlos como rey de Inglaterra me he dado cuenta de que soy monárquico. Sobre todo con un monarca de tanto nivel, con nombre y apellido de coñac: Soberano Carlos III.
No recordaba que hoy era el Día Internacional contra el Bullying o acoso escolar, lo aclaro para aquellos que no hayan estudiado en Eton. La verdad es que en los años en los que yo fui escolar no pasaba eso de maltratar a los compañeros más débiles, o al menos nadie lo hacía sin coartada ni sin contar con un buen abogado.
Después de ver a Yolanda Díaz dar un paso adelante para ser candidata a las elecciones generales con su proyecto “Sumar”, me estoy planteando hacer lo mismo pero al contrario de cara a presentarme a las elecciones, a las que sea. La cosa está en que me elijan para algo.
Mal rato he pasado cuando el webmaster del Universo que se encarga de los aspectos técnicos del templo de objetividad, ecuanimidad y veracidad que es este periódico digital me dijo que yo no tenía inodos y que así ya podía ponerme a escribir postales porque en el periódico no se iban a publicar ni las órdenes de búsqueda y captura contra mí.
Me preocupa la actitud de los cuatro pelos que me quedan en la cabeza. Y no es que yo pretenda conminarles a hacer algo contra su voluntad, pero lo cierto es que cuando les paso el peine y los inclino hacia la derecha, ellos siempre vuelven a ponerse tiesos y, finalmente, terminan descansando hacia la izquierda. Y eso no es bueno.
Experiencia traumática la de darse de alta en una de esas plataformas televisivas ahora tan de moda, que lo de pagar por adelantado es la parte más fácil, pero luego llega el segundo capítulo, el de ponerte delante de la Smart TV a teclear para que se pueda ver el Nisflis.
Como en este país hay mucho esnob, todo el mundo está al tanto de que se está celebrando el año nuevo chino, pero fueron muy pocos los que sabían que ayer se celebraba el Día Internacional del Abrazo. Sé lo que están pensando, que abrazando a un chino matas dos pájaros de un tiro. Cierto y ahorrar munición es importante en estos días.
Pues les digo una cosa, pa mí que los Reyes Magos están sobrevalorados. Entiendo que hay que mantener el discurso falso e ilusionante creado para los niños y otros votantes, pero lo cierto es que a mí no me han traído nada de lo que había pedido. Y eso que envié la carta certificada, con acuse de recibo y con un billete de cinco eurillos dentro para su próxima campaña electoral.
Casi olvido contarles que hace un par de días fui víctima de un atropello, y no me refiero a lo que hacen habitualmente los bancos y las compañías eléctricas con sus clientes, sino a un atropello de los de verdad, de esos en los que un vehículo con motor y ruedas te se lleva por delante. Un susto.