Solo ha hecho falta que algunas comunidades autónomas levanten la voz para que el Ministerio de Sanidad vuelva a cambiar de criterio sobre las medidas sanitarias que se deben imponer para mantener los contagios por COVID bajo control durante el verano. Y luego se sorprenden por la desconfianza que siembra entre los ciudadanos la gestión que las administraciones públicas están haciendo de la actual pandemia.
Porque las autonomías rebeldes, entre las que se encuentra Andalucía, se equivocan. Plantear de nuevo el problema bajo la excluyente dicotomía entre enfermedad o ruina económica ya nos causó el pasado verano un montón de miles de muertos. Y son los datos los que apoyan esta opinión; en nuestra autonomía, en Andalucía, siguen aumentando los casos a pesar de que también son cada día más los vacunados. No debemos olvidar que, dentro de lo poco que saben nuestros científicos sobre las vacunas, ni tan siquiera han informado con claridad sobre si los ya inmunizados pueden reinfectarse o contagiar a terceros.
Para los que estamos en Marbella, el incremento de contagios, del que no parece querer hablar el Ayuntamiento, es alarmante: Si el pasado 28 de mayo teníamos un índice de 115,2 contagios por 100.000 habitantes, a día de hoy, 9 de junio, está en 199,8 contagios.
Una progresión nada alentadora que, de seguir así, acabará con las posibilidades que pueda haber por tener un verano “medio normal” con una recuperación del turismo que también lo sea.
Teniendo en cuenta estos números, al menos desde una visión municipal reduccionista, lo de que se abran cielos y fronteras, se aumenten aforos en locales públicos tanto en exteriores como en interiores, y que hasta desde el Gobierno central se plantee lo de quitarnos las mascarillas en exteriores, no resulta ni tan siquiera suicida, sencillamente es una estupidez.
Con la actual progresión, llegaremos a julio con poco menos de 500 contagios por cada 100.000 habitantes -con suerte-, lo que nos excluirá de la posibilidad de ese verano “medio normal” que nos estamos cargando antes de que empiece.
Existe a nivel nacional una relajación de las administraciones públicas en el control de la pandemia que ya ha empezado a pasarnos factura.
Y los que vivan aquí, en Marbella, pueden pasarse cualquier tarde/noche por el Puerto Deportivo o por Puerto Banús para asistir en primera persona a la "hora feliz" del coronavirus.
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