Pues ahora que estoy más metido en esto del mundo digital y que hasta escribo en esta página gües, me he planteado lo de poner fibra óptica en el Milton Palace.
Para los que no entiendan de esto les diré que esta fibra no es como otras fibras ya sea de algodón, lino o la misma fibra sensible, ni significa que, por ser óptica, se pueda ver internet mirando por el cable. Se trata de una revolución tecnológica detrás de la que, sin duda y como en cualquier revolución, están los comunistas y los masones, pero que permite navegar por la red a toda velocidad.
Aún así y teniendo ya ofertas de Pufofónica y Bobafone, no quiero apresurarme porque está también la opción del güifis. No todo es la rapidez.
La ventaja de este segundo sistema es que no lleva cables, la transmisión de datos se hace por el aire y el inconveniente que tiene es que se te puede llenar la casa de gente.
De hecho, yo nunca he usado el güifis por temor a que estés viendo pelis guarrunas en internet, cosa que jamás hago, y te empiecen a caer encima actores y actrices en pelotas que llegan viajando sobre las ondas, o que te salpiquen en plan cine 3D. Te pueden poner la casa hecha unos zorros. Además, cuando ha terminado la fiesta, ¿a ver quién lo recoge todo? Que eso nunca aparece en las pelis de ese tipo que yo jamás veo.
Claro que tampoco por eso es mejor la fibra óptica, que me han dicho que descargas un montón de megas tan rápido que ni te enteras. Y ahora pienso que quizá por eso una de mis ex me llamaba el fibra óptica, cuando yo creía que era un piropo a mis bonitos ojos. María Vanessa Libertad, arpía lujuriosa.
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