He leído esta mañana una preocupante noticia de que Hacienda ha realizado una operación contra el fraude fiscal en las casas de citas de Cataluña.
No sé si eso tiene que ver con lo de la independencia y lo que pretendía el ministro Montoro era fastidiarles la fiestecilla a los de la Generalitat, pero sí me inquieta pensar que la Agencia Tributaria quiera extender la experiencia a locales similares en otros puntos de España.
Y no es que a mí me importe, porque yo no soy de esos; cuando he ido a algún local de alterne lo he hecho siempre por acompañar a un amigo y le he esperado en la barra tomando una Coca Cola. De hecho, como todos los hombres de España tienen un amigo aficionado a ir de pilinguis al que solo acompañan, a lo mejor resulta que es el mismo y nos conoce a todos.
En cualquier caso, debe ser un poco cortarrollo lo de Hacienda, porque me imagino estar con una señorita de muy buen ver en uno de esos locales y que esté un inspector de Hacienda, con el aspecto de Cristóbal Montoro, metido en la cama contigo y la valkiria. El funcionario de traje y corbata, tomando notas en una libreta, para ver si se produce alguna transacción económica fraudulenta. Yo creo que, por muy exuberante que fuera la doncella, a mí me cortaría un poco.
Además, los de Hacienda son muy quisquillosos y seguro que estaría todo el rato metiendo baza: que si eso no se puede hacer sin declarar, aquello otro no desgrava, esa postura lleva el iva máximo y, si la gachí es extranjera, ni les cuento, entramos en el tema de Aduanas, permisos de importación... A ver cómo estás a lo que estás con ese plan.
Aunque les digo una cosa, me pregunto qué pasa si un día estás en plan Maciste y repites la jugada: ¿hay que hacer dos facturas, una ampliación de la declaración de la renta o tal vez desgravará algo por ser un machote? Y si, por el contrario, la misión no termina con éxito, ¿hay algún tipo de deducción?
Por supuesto, no lo pregunto por mí sino por asesorar a mi amigo, no vaya a tener un lío con Hacienda.
Comentarios potenciados por CComment