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Otro truco de trilero

Opinión

Lunes, 29 de Abril de 2024
Por Fernando Madariaga

Como temíamos la mayoría, solo ha sido otro truco de trilero con el estilo habitual de nuestro presidente del Gobierno, aunque se trata de un truco basado en premisas falsas para llegar a una conclusión interesada, una mentira construida por Pedro Sánchez en interés de Pedro Sánchez.

Barnizándose de victimismo, Sánchez ha tenido a bien esta mañana anunciarnos que se queda a pesar de ser consciente de que la “campaña” orquestada contra él y su familia continuará. Es mentira. No existe ningún complot judeomasónico que pretenda derrocarle utilizando como herramientas bulos, falsedades e insultos. También miente cuando pone mirada de corderito degollado porque atacan a su esposa para perjudicarle a él.

Falso. El estúpido argumento solo pretende desviar la atención del hecho objetivo de que un juez ha admitido querellas presentadas por delitos que pudiera haber cometido la mujer del presidente. Eso es lo único cierto que ha pasado hasta el momento, que un titular judicial ha admitido a trámite esas denuncias al considerar creíbles los hechos denunciados, sin prejuzgar si son siquiera ciertos a día de hoy. Si la han pillado con el carrito de los helados es algo que se verá al final de un proceso judicial. Eso si no se archivan las querellas antes, cosa que puede suceder.

Al referirse reiteradamente a esa confabulación que intenta hacernos creer que hay contra él, el presidente del Gobierno apunta ab initio a que cualquier juez que tome una decisión que le perjudique es un prevaricador, además, por supuesto, de pertenecer a esa “fachosfera” con la que siempre se refiere cuando habla del Partido Popular, Vox y de esos medios de comunicación afines que, por supuesto, también son ultras porque no le sirven a él. Los periodistas que están a su lado son los buenos, los demás son "fachas".

Y dados los tintes de déspota mesiánico que va adquiriendo Sánchez en sus formas, preocupa que en su mensaje de esta mañana haya insistido en la necesidad de acabar con la actual dinámica del debate político, y que se pueda plantear iniciativas legislativas para recortar la libertad de expresión con prohibiciones y limitaciones a esos medios de comunicación que no le son leales, o que vuelva a utilizar la ley para arrogarse la decisión sobre qué es verdad y prohibir lo que decida que es falso.

No es casualidad que Sánchez siga ocultando qué información le robó Marruecos de su móvil con el programa espía Pegasus, que cambie políticas de Estado de forma unilateral y sin consultar ni informar a nadie, que el caso Koldo con los contratos de las mascarillas y los demás casos de corrupción sean algo que afecta al PSOE, no a Pedro Sánchez, o que defienda lo de gobernar España siendo rehén de quienes quieren acabar con ella.

Preocupa que este hombre haya olvidado que solo es el presidente del Gobierno y haya terminado creyéndose que él es la Presidencia del Gobierno.


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