Aunque los jefes de Estado y de gobierno europeos insisten en lanzar constantes mensajes en defensa de Ucrania ante la agresión rusa, es evidente que el apoyo efectivo a Kiev va perdiendo fuelle y que en la mente de la UE empieza a abrirse paso la idea de que los ucranianos tendrán que ceder algo, o mucho, ante Rusia para acabar con la guerra.
Desde luego, la solidaridad europea con Ucrania empezó a resquebrajarse cuando los republicanos le cerraron el grifo en la Cámara de Representantes a Joe Biden porque, al igual que pasa con la OTAN, en esta guerra la mayor parte de la factura la paga Estados Unidos y nosotros ponemos poco más que la propina.
Por eso resulta casi cómico ver las continuas reuniones de nuestros líderes, la última ayer en París, para insistir en ese “inequívoco apoyo a Ucrania” que cada día es más equívoco.
Los gobernantes europeos, tanto los nacionales como los comunitarios, son catedráticos del verso, les encanta eso de que les den un micro para oírse decir chorradas y obviedades, pero la única realidad es que Ucrania está perdiendo la guerra porque solo puede lanzarle piedras a las tropas de Moscú.
A la incapacidad europea para hacer algo de modo diligente y eficaz se suma el que ya ni tan siquiera tenemos capacidad industrial suficiente para fabricar la munición que necesita Ucrania. Al parecer disparan unos 200.000 proyectiles mensuales, mientras todos los países de la UE solo pueden fabricar 50.000.
Tantos años dedicados a desmontar la industria armamentística, tanto pacifismo de salón reduciendo los presupuestos militares, tanto “power flower” tiene este precio.
Si todos los países europeos no somos capaces de satisfacer las necesidades defensivas de Ucrania, imaginen qué pasaría si nos enfrentamos directamente con Rusia.
Al principio de la guerra defendí que Ucrania debería rendirse ante la superioridad rusa para evitar una sangría gratuita. Ahora ya es tarde para hacerlo y no se puede echar marcha atrás.
Si Putin logra una sensación de victoria, solo hará falta cualquier motivo para que este dictadorcillo crecido se crea Napoleón y termine liando la mundial.
Ahora, después de cientos de miles de muertos y lisiados en ambos bandos, después de animarles a embarcarse en una guerra tan desigual, no podemos decirle a los ucranianos que nos hemos cansado de ayudarles y que debieron ceder ante Putin.
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