Herramientas de Accesibilidad

Skip to main content
Jueves, 1 de Febrero de 2024
Por Fernando Madariaga

En el tema de las protestas de los agricultores, tanto en España como en el resto de Europa, todos los gobiernos de la UE saben que le estamos dando patadas al viento porque ninguno de ellos es capaz de decir a verdad: ellos ni deciden, ni importan.

La agricultura se convirtió en un problema cuando la alimentación se convirtió en un problema y eso sucedió cuando, como en otros sectores, se dejó entrar a los fondos de inversión para que controlaran un bien esencial sujeto a una demanda inelástica.

No son los agricultores franceses, ni tan siquiera la competencia desleal que suponen los productos agrícolas importados de Marruecos a los que la Unión Europea cuida como si el rey Mohamed VI pudiera chantajearles a cambio de los secretos obtenidos con el programa Pegasus, como hace con Pedro Sánchez. El problema son los fondos de inversión que controlan las pocas grandes cadenas que conforman el oligopolio de la alimentación y que fijan los precios según sus criterios de máximo beneficio-mínima inversión contra los que los gobiernos europeos no pueden hacer nada. Por una sencilla razón, nuestros gobiernos son gobernados por esos grandes capitales que son los que financian sus partidos y son, en realidad, los que gobiernan nuestras naciones.

Todo el rollo montado alrededor de las protestas de los agricultores no son más que gilipolleces. El campo está infrapagado porque esos fondos, que son propietarios de la distribución y la alimentación, establecen las normas, por esa razón, aunque agricultores y ganaderos vendan por debajo de precio, los consumidores seguimos viendo subir el precio de la cesta de la compra.

Basta con fijarse en los beneficios de la oligarquía de cadenas de alimentación para ver dónde esta el problema.

Soluciones como la del PP, que propone rebajar el iva a más alimentos, sin atender a los beneficios de los que realmente se benefician, no es más que pasarle la factura por diferido al consumidor. Lo que no paguemos por el iva de la carne o del pescado, lo pagaremos por otros conceptos.

En estos días, los bancos españoles están presentando cuentas con beneficios inmorales a costa de seguir fabricando pobres y creando miseria. La alimentación no es diferente.

Mientras los gobiernos europeos no asuman que su obligación es gobernar, seguiremos en manos de trileros.


Comentarios potenciados por CComment