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Martes, 27 de Abril de 2021
Por Fernando Madariaga

Resulta interesante ver como los partidos políticos y los grandes medios de comunicación insultan, los primeros a sus votantes y los segundos a su audiencia. Antes de que la pandemia lo permitiera todo, el tratar a la gente como cenutrios también se hacía, aunque de modo algo más sutil.

Ahora, quizá con eso de que todo se hace bajo la emergencia sanitaria y sometido a la excepcionalidad del estado de alarma, lo de que políticos y “grandes comunicadores” llamen gilipollas a la gente se hace de forma más burda, compelidos probablemente por las prisas del momento.

Por eso, viendo como la tele repite hasta el aburrimiento el estúpido discurso de todos esos políticos presuntamente progres que, a modo de los profetas de la peli “La vida de Brian” de los Monty Phyton, vaticinan el juicio final si no se acaba con la “extrema derecha”, con esos peligrosos “populistas” y con su discurso del odio, si inmediatamente no se coloca un “cordón sanitario” alrededor de Vox que lo margine de la vida política, la única pregunta que me viene a la cabeza es la de si todos esos mamarrachos son realmente progres o si, como sospecho, están en la nómina de los pérfidos conspiradores al servicio de Santiago Abascal.

Realmente, hace falta ser un auténtico estúpido para hacerle la campaña electoral a esa extrema derecha a la que dicen combatir los mismos que se golpean el pecho para demostrarnos su enorme espíritu democrático. Empezando por el presidente Pedro Sánchez, del que, por cierto, también empiezo a sospechar que sacó a Franco del Valle de los Caídos para hacerse un hueco pensando en el futuro. Porque a la hora de tomar las decisiones por el morro, entiendo que Pedro quiera su protagonismo.

A la vez, un montón de cretinos con cargo público aparecen en mi tele -y eso que me dijeron que era “smart”- rasgándose las vestiduras y jactándose de que ni las terribles amenazas de muerte les harán dar un paso atrás pues, además de grandes demócratas, están imbuidos de valor sin igual. Y hasta la ridícula portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, repite aquella consigna republicana del “no pasarán”, a pesar de que pasaron.

Pero ninguno de todos esos “grandes demócratas" parece capaz de plantearse de dónde sale esa “extrema derecha” representada por Vox. Por qué, de pronto, un creciente puñado de millones de españoles va y les vota. ¿Será también culpa del COVID? ¿es cosa de los chinos?

Y la pregunta aun más importante: ¿poner un "cordón sanitario" a cualquier español que no vote lo que tu quieres es la forma de hacer democracia?

Siempre he estado convencido, como creo haber dicho en alguna ocasión anterior, de que lo que habría que hacer en el Valle de los Caídos es más agujeros para tener donde colocar a tanto dictador.


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