Bien, finalmente parece que hemos encontrado el sentido de la justicia absoluta y que, con todo lo que está pasando en Ucrania, lo de condenar a cadena perpetua a un soldado ruso de 21 años por crímenes de guerra, va a contribuir a hacer la guerra menos injusta, incluso más humana.
Opinión
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Tras soportar con estoicismo la cantidad de estupideces y flagrantes mentiras que los grandes medios de comunicación están contando sobre la guerra de Ucrania, no es mal momento para aclarar algunos aspectos sobre las sandeces que llevamos casi dos meses escuchando en televisiones y periódicos nacionales que, bien por incompetencia bien por dinero, se han convertido en un exponente de libro de las llamadas “fake news”.
Vamos a ver si, tras lo de las elecciones en Hungría, los principales partidos políticos españoles, formados todos ellos por “grandes demócratas”, se empiezan a enterar del resultado que pueden producir los antidemocráticos “cordones sanitarios” a aquellas formaciones o personas que ponen en duda alguno de los dogmas de estos nuevos inquisidores.
Después de ver la sorprendente bajada de pantalones de Pedro Sánchez ante el rey de Marruecos, con el radical cambio de postura en relación al Sahara Occidental, lo único que queda es esperar a que, en un futuro, nuestro extraño presidente del Gobierno escriba unas memorias para explicarlos los motivos de tantas decisiones irresponsables, estúpidas y perjudiciales para nuestro país.
Volvemos a estar en una de esas dinámicas en las que ir contra lo que se ha establecido como políticamente correcto puede condenar a cualquiera al proceso de estigmatización, seguido del auto de fe por parte de los que se consideran progres y grandes demócratas y a la final expiación de los pecados en la pira purificadora.
Aunque considero una chorrada todos estos días internacionales nominalmente dedicados a algo que nunca cumplimos, y teniendo en cuenta que mañana el turno le corresponde al de la mujer, la igualdad entre sexos y cosas así, no entiendo que las feministas pijas subvencionadas que llevan ya varios días apareciendo en la tele, discriminen de forma tal flagrante a las mujeres ucranianas.
Bueno, parece que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no lee mis artículos y ya es tarde para evitar nada. Si bien, mientras los soplagaitas de los líderes europeos continúan con sus declaraciones chorras sobre la legalidad internacional, lo importante es detener el conflicto ahora, hoy.