Y llegan los niños del cole y lo primero que hacen con la IA es ponerse a imaginar a sus compañeras de clase como Dios las trajo al mundo, que antes solo nos lo imaginábamos, pero ahora llega el algoritmo y te lo saca hasta en video. Y es él el auténtico guarruno, el algoritmo, que en su mente sucia imagina e imprime. Pena que a mí me trajeran de serie sin impresora, que yo me imagino con una 3D incorporada y dejo en el paro al dueño del Playboy.

De todos modos, no hay que dramatizar como está haciendo la tele, porque siempre estamos con eso de que hay que incentivar la imaginación de los jóvenes y animar al emprendimiento con mucho mindfulness y coaching, pues ya está. Seamos serios, cuando Goya usó la imaginación para pintar a la maja en sus dos versiones, seguro que también le llevaron al jefe de estudios y miren ahora, un artista, guarruno pero artista.

La verdad es que si unos colegiales apuntan maneras en esto de fantasear con sus compañeras de clase, pa mí que habría que hacer como con los futbolistas, darles la equipación reglamentaria de exhibicionista federado, con su gabardina Burberrys de corte clásico, calcetines de seda color borgoña, zapatos de fino tafilete italiano a juego y calzoncillos apretaos de leopardo, que lo del toque National Geographic pone a las damas, aunque no lo reconozcan. ¡Ah! y, por supuesto, la tarjeta de un buen abogado.

No obstante, y aún admitiendo que es muy criticable que los colegiales utilicen ese gran avance que es la inteligencia artificial para cuestiones promiscuas y pecaminosas, reconozco que anima saber que los que somos vocacionales de este arte, tenemos una nueva generación presta a reemplazarnos.