Los que padecemos cada día el tercermundista sistema de transporte público de Marbella nos seguimos preguntando por qué el equipo de Gobierno local continúa insistiendo en las mamarrachadas de la "smart city".
Personalmente, la actual obsesión con eso del reto de la digitalización de todo bicho viviente, sea o no con cargo a fondos "Next Generation", me importa un rábano cuando lo de que llegue el autobús en un tiempo prudencial se convierte en la odisea diaria. Antes al menos teníamos esas pantallas que nos indicaban el tiempo que quedaba de penitencia antes del próximo bus, pero ya hace semanas que la mayor parte de ellas no funcionan. En esta imagen sacada esta tarde veo que las smart pantallas de la smart city ni tan siquiera han actualizado la hora.

Esta ciudad sigue estando pensada y gobernada para el coche particular, tanto que las mismas paradas de autobuses se han convertido en plazas de aparcamiento mientras las autoridades siguen haciendo la vista gorda.
Nuestros gobernantes municipales son capaces de "digitalizar" con dinero europeo al mismo tiempo que logran mantener la ciudad en la década de los ochenta del pasado siglo. Eso debe tener su mérito.
Fernando Madariaga